lunes, 20 de agosto de 2007

Diario de una negra en pais de blancos

Imaginemos por un momento (Tú y yo) que planeas un viaje en avión. El destino esta a 4 horas y 55 minutos, así que probablemente te vas en una ropa cómoda, intentas llevar una cartera no muy pesada, sólo con lo necesario, todo esta perfectamente planeado excepto una cosa: quién se va a sentar al lado de tu puesto.

Mi viaje a Vancouver era de 5 horas el primer avión y 5 horas el segundo. Yo, como todos los demás, no pensé mucho en la persona que me tocaría al lado sino hasta cuando llegué al avión. Inclusive, cuando llegué a mi primer avión, estaba tan emocionada porque tenía un televisor para mi sola y además me había tocado el puesto de la ventana que es deseado por todos, que qué me iba a estar importando quién se iba a sentar al lado de mí. Señores, me debío haber importado.

Luego de llamar a mi mamá para contarle lo magnifico de mi avión, vino lo que seguía. En los asientos al lado del mío, directo desde Valencia, peso pesado, con todo incluido venían los esposos Gonzales (nombre hipotetico, no averigue tanto de sus vidas). Señores, ustedes no se imaginan eso, pero bueno qué se le hace, yo daba gracias a Dios por mi ventana y mi televisor personal.

Ataque número 1:

El avión despega y yo todavía estoy pensando ¿qué hago en el avión?; llega la señora Gonzales y comenta como cualquier otra: "ay, que cómica mi abuelita". Yo, volteo, la miro, miro a la abuelita sentada en el asiento D de la misma fila (el pasillo) no me da risa y me volteo a MI ventana. Ella insiste " es que es primera vez que se monta en un avión y ella se quería sentarse con nosotros, pero bueno no se pudo".

¿De donde saca esa señora que YO le voy a dar MI ventana luego de que sedí a par de Yokosunas que se sentaran al lado mío? Claro, ella piensa que lo hizo indirectamente, pero ME ATACÓ!.

Claro esta, que a los pocos minutos la pobre viejita se quedó más dormida que la bella durmiente y no supieron más de ella hasta que llegamos a Toronto (aquí entre nos, yo pienso que la sedaron).

Ataque número 2:

El episodio de la abuelita había pasado, mi dichosa ventana estaba cerrada porque era de noche y no se veía nada. En medio de mi pelicula y despues de 5 vasos de agua, la naturaleza llamó y me dieron ganas de ir al baño. Si estas en el avión con tu televisor personal, los audifonos, la luz bajita, a ti no te importa más nada. Los Gonzales atacaron cuando yo estaba distraída viendo como Spiderman salvaba una vez más a Mary Jane: se quedaron dormidos bloqueando todo tipo de salida hacia el toilet (como diria ahorita q tengo 7 días estudiando inglés).

Yo sudaba frío, pensaba que si pasaba un accidente y los Gonzales seguramente sedados al igual que la pobre abuelita del asiento D, YO NO IBA A PODER SALIR y además me iba a hacer pipí encima. Para más colmo, volvío a pasar la aeromoza que hablaba espanglishech (español, inglés y francés) preguntandome: "¿queres otro vaso di agua?"

"¿Qué hago, me mato?" Fue lo primero que pensé recordando la memorable frase. Comence a pensar más racionalmente, recorde que tenía 5 vasos vacíos al frente de mí y pensé en la posibilidad de llenarlos. NOOOOO, era imposible hacer eso. Fue en ese momento cuando el avión tembló y vi que el señor Gonzales se estaba moviendo, estaba despierto. Rápidamente llame su atención, al igual que el carrito de comida que estaba pasando, y pude salir ilesa, mi pantalon todavía estaba seco.

Ese fue el primer avión...

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